15/06/2020 | Actualitat > AsiaView
ASEAN nació en 1967 como una asociación de potencias medias pro-occidentales que, en el contexto de la guerra de Vietnam y amparadas por el paraguas de seguridad norteamericano, aspiraban a que el Sudeste Asiático fuera una región de paz, estabilidad y desarrollo económico. Durante sus dos primeras décadas de existencia su problema más vital fue navegar entre las grandes potencias, sorteando sus rivalidades. El momento cumbre fue cuando en la década de los ochenta ASEAN consiguió jugar un papel clave en la resolución del conflicto camboyano, donde estaban enfrentados EEUU, China y la URSS por intermedio de su aliado vietnamita.

La experiencia de la década de los ochenta hizo ver a ASEAN que podía jugar un papel de foro de encuentro entre las grandes potencias en Asia-Pacífico. Así, con ASEAN en un papel central, fueron creándose el Foro Regional ASEAN (1994), la Cumbre de Asia Oriental (2005) y la Reunión de Ministros de Defensa de ASEAN Ampliada (2010). Junto a estos foros de participación más amplia, hay otros diálogos más restringidos de los que ASEAN + 3 (ASEAN + China, Corea y Japón) y ASEAN + 6 (los anteriores más Australia, India y Nueva Zelanda) son los principales.

Este papel aglutinador, en el que se atribuyó un papel central, ASEAN pudo tenerlo gracias a una situación geopolítica favorable, en la que podía jugar a contrapesar a las grandes potencias interesadas en la zona, básicamente EEUU, vital por su garantía de la seguridad en la región, y China. Japón y la UE tenían un papel muy menor en lo político y lo securitario, pero bastante relevante en lo económico y comercial. Desde comienzos del siglo XXI y de manera cada vez más acelerada, el panorama geopolítico se ha alterado y se han movido las bases sobre las que se asentaba la interacción de ASEAN con las grandes potencias.

Los dos principales cambios han sido:

1) El creciente desinterés estratégico de EEUU por el Sudeste Asiático, cuya prueba más palmaria fue la ausencia del Presidente Trump o, en su sustitución, del Vicepresidente Pence en la Cumbre ASEAN del pasado noviembre. Un corolario de este desinterés es que el paraguas de seguridad norteamericano se ha vuelto menos fiable. La política del Presidente filipino Duterte de acercamiento a China puede verse en parte como la consecuencia de las dudas acerca del compromiso real de EEUU con la defensa de Filipinas.

2) El auge de China, al que me referiré a continuación.

Casi hasta comienzos de los noventa la aproximación de ASEAN a China era puramente geopolítica. Hasta 1973, predominó una visión de Guerra Fría, en la que China era un rival, en tanto que apoyaba a Vietnam del Norte en la guerra de Vietnam.

Posteriormente, durante la década de los ochenta se produjo un acercamiento político, favorecido por el pragmatismo de Deng Xiaoping y la constatación de que EEUU, China y ASEAN estaban en el mismo bando en el conflicto camboyano.

En 1991 comenzó el diálogo entre ASEAN y China, que finalmente en 1996 se convertiría en Socio de Diálogo de ASEAN. En diciembre de 1997 ASEAN creó el formato ASEAN + 3 para gestionar sus relaciones con las tres principales naciones de Asia Oriental, China, Japón y Corea. Resulta importante constatar que en aquel momento de los tres países Japón era, con diferencia, el principal socio comercial de ASEAN, siendo el destino del 13,3% de sus exportaciones y el origen del 20,9% de sus importaciones. China y Corea, por su parte, tenían un peso semejante en el comercio de ASEAN [los datos son de 1996] (China: destino del 2,9% de sus exportaciones y origen del 3% de sus importaciones; Corea: destino del 2,9 de sus exportaciones y origen del 3,8 de sus importaciones). En resumen, en aquellos momentos los tres socios aseánicos en ASEAN + 3 podían ser vistos en un plano de igualdad, con preferencia para Japón. Avanzamos poco más de 20 años a 2018 y China se ha convertido en el socio comercial de ASEAN, siendo el destino del 13,9% de sus exportaciones y el origen del 20,5% de sus importaciones. Las cifras correspondientes para Japón son 7,9% y 8,4%.

A partir de 2013, con Xi Jinping, la primacía de China en ASEAN en lo económico se ha convertido también en una primacía en lo político. Esto puede apreciarse claramente en tres cuestiones:

+ Mar del Sur de China: China ha conseguido que ASEAN sea incapaz de presentar un frente común en esta cuestión y que la postura de la mayor parte de sus EEMM sea que se trata de una cuestión bilateral entre el país en cuestión y China. Cuando en julio de 2016 el Tribunal Permanente de Arbitraje dio la razón a Filipinas en la cuestión de los derechos históricos sobre el Mar del Sur de China, los EEMM de ASEAN miraron para otro lado. La Declaración de la Presidencia de la Cumbre ASEAN que se celebró en Vientiane los días 6 y 7 de septiembre del mismo año no mencionó la sentencia y los ocho puntos que destinó a hablar (del 121 al 128) del Mar del Sur de China, terminaron con el punto 128, en el que los EEMM de ASEAN daban la bienvenida a la adopción de la Declaración Conjunta de los Ministros de AAEE de ASEAN y de China sobre la aplicación plena y efectiva de la Declaración de Conducta que ambas partes habían firmado en 2002. El Código de Conducta que dicha Declaración preveía aún no ha sido concluido.

+ La conectividad: En 2010 ASEAN aprobó su Primer Plan Maestro de Conectividad, que estaba muy centrado en infraestructuras. El Segundo Plan Maestro, para el período 2016-2025, adoptó un enfoque más polifacético; además de las infraestructuras, integró cuestiones tales como la innovación digital, las cuestiones logísticas y armonización regulatoria. El Segundo Plan busca crear sinergias con la Iniciativa de la Franja y de la Ruta impulsada por China. La Declaración de la Presidencia de la Cumbre de ASEAN del pasado noviembre al hablar del Segundo Plan Maestro, subrayaba la necesidad de crear sinergias con otras iniciativas de conectividad (“Conectar las conectividades”). Asimismo, durante la Cumbre, ASEAN y China emitieron la Declaración Conjunta sobre la Creación de Sinergias entre el Plan Maestro de Conectividad de ASEAN y la Iniciativa de la Franja y de la Ruta. Más allá de las declaraciones sobre la centralidad de ASEAN en los procesos de conectividad

regionales, la realidad es que el objetivo de cada Estado miembro de ASEAN es engarzar sus proyectos de infraestructura con la Iniciativa de la Franja y de la Ruta.

+ La arquitectura comercial regional: En 2012 ASEAN lanzó el Partenariado Económico Integral Regional (RCEP). Se trataba en primer lugar de armonizar los distintos Tratados de Libre Comercio que ASEAN y sus EEMM habían ido firmando con los socios de ASEAN + 6. El objetivo último era crear una arquitectura comercial regional, en la que ASEAN tuviera un papel central y que rivalizase con el Partenariado Transpacífico (TPP), que en aquellos momentos estaba impulsando EEUU. El RCEP no tenía unas ambiciones tan amplias como las del TPP, que buscaba establecer el modelo para los TLCs del siglo XXI. Muchos analistas han advertido que el RCEP podía reforzar aún más el peso de China en la arquitectura comercial regional. En 2020 esto parece un hecho. La retirada norteamericana del TPP en 2016 ha quitado mucho peso al modelo rival de TLC que representaba el TPP. Por otra parte, la retirada por el momento de India del RCEP, por el temor por el impacto que pudiera tener sobre su agricultura (competencia básicamente de Australia y Nueva Zelanda) y su industria (competencia de China) refuerza aún más la preponderancia de China en el RCEP y, por ende, en la arquitectura comercial regional.

La combinación entre el peso creciente de China y la falta de cohesión de los EEMM de ASEAN se ha visto con toda claridad con ocasión de la crisis del Covid-19. La respuesta que los EEMM han dado a la crisis ha sido nacional y descoordinada. La mayor coordinación se ha dado, precisamente, cuando China ha sido uno de los actores. El 20 de febrero tuvo lugar una reunión en Vientiane entre los EEMM de ASEAN y China sobre el Covid-19, siendo el primer momento en que los EEMM de ASEAN intentan realmente conseguir una coordinación en la lucha contra el Covid. Más relevante fue incluso la Cumbre Virtual ASEAN + 3 del 14 de abril, en la que se acordó la creación de una reserva de emergencia de material sanitario ASEAN + 3 y la constitución de un Fondo de Respuesta de ASEAN para el Covid-19.

En “Asia’s Cauldron” Robert Kaplan señalaba que el Mar del Sur de China podría representar para China un papel semejante al que el Caribe representó para EEUU a comienzos del siglo XX: un paso indispensable en su camino hacia la hegemonía mundial. Como EEUU en el Caribe, China quiere garantizar su hegemonía en el Mar del Sur de China y privar del acceso a él a todas las potencias extrarregionales. Lo que Kaplan no dice, pero hubiera podido decir, es que a igual que EEUU consideró que Sudamérica era su patio trasero, China podría pensar algo parecido de sus vecinos de ASEAN. Y, ya es sabido, la vida en los patios traseros nunca es sencilla.

Emilio de Miguel, embajador de España en Tailandia

Este artículo forma parte del espacio de reflexión #repensandoelmañana, con el que queremos compartir el análisis que nuestra red de personas expertas, tanto de Casa Asia como externas, hace sobre diversos asuntos de la actualidad en la región Asia-Pacífico.

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